Un acuario es un vivario de cualquier tamaño que tiene al menos un lado transparente en el que se mantienen y exhiben plantas o animales acuáticos. Los acuariófilos utilizan los acuarios para mantener peces, invertebrados, anfibios, reptiles acuáticos, como las tortugas, y plantas acuáticas. El término «acuario», acuñado por el naturalista inglés Philip Henry Gosse, combina la raíz latina aqua, que significa agua, con el sufijo -arium, que significa «lugar para relacionarse».
El principio del acuario fue desarrollado plenamente en 1850 por el químico Robert Warington, quien explicó que las plantas añadidas al agua en un recipiente desprendían suficiente oxígeno para mantener a los animales, siempre que el número de éstos no fuera demasiado grande. La moda de los acuarios fue lanzada a principios de la Inglaterra victoriana por Gosse, que creó y abasteció el primer acuario público en el zoológico de Londres en 1853, y publicó el primer manual, The Aquarium: An Unveiling of the Wonders of the Deep Sea en 1854.
Los aficionados mantienen pequeños acuarios en sus casas, mientras que en muchas ciudades hay grandes acuarios públicos. Los acuarios públicos mantienen peces y otros animales acuáticos en grandes tanques. Un acuario grande puede tener nutrias, tortugas, delfines, tiburones y ballenas. La mayoría de los acuarios también tienen plantas.
Un acuarista tiene peces o mantiene un acuario, normalmente construido de cristal o acrílico de alta resistencia. Los acuarios cuboides también se conocen simplemente como tanques, mientras que los acuarios en forma de cuenco también se conocen como peceras. El tamaño puede variar desde una pequeña pecera de cristal, de unos pocos litros de volumen, hasta inmensos acuarios públicos de miles de litros. Un equipo especializado mantiene la calidad del agua y otras características adecuadas para los habitantes del acuario.